Según el artículo 10 bis, apartado primero, de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios 26/1984, de 19 julio, redactado por la ley 7/1998, de 13 abril, de condiciones generales de la contratación, “(s)e considerarán cláusulas abusivas todas aquellas estipulaciones no negociadas individualmente que en contra de las exigencias de la buena fe causen, en perjuicio del consumidor, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que se deriven del contrato (…)”.

El Tribunal Supremo ha estimado el recurso contra una cláusula contractual que establece que el pago de la plusvalía que genera la transmisión de un inmueble corresponde al comprador; y ha concluido que tal cláusula es abusiva y, por tanto, nula.

Los argumentos del TS son los siguientes:

1) Principio de la buena fe: la cláusula es contraria a este principio por cuanto supone la desigualdad de la parte vendedora frente a la adquirente y el desequilibrio en el contenido económico del contrato.

2) El sujeto pasivo del Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, que grava el incremento del valor y se pone de manifiesto al tiempo de la transmisión de la propiedad, es el transmitente. Por lo tanto es al transmitente a quien se le impone su pago, puesto que es quien percibe el aumento de valor; sin que tal plusvalía genere beneficio alguno para el comprador.

3) Ya existe jurisprudencia consolidada que declaran abusiva esta cláusula que traslada al comprador un importe que corresponde al vendedor.

4) A modo de interpretación y no de aplicación, pues no cabe su retroactividad, la ley 44/2006, de 29 diciembre, declaró abusiva la cláusula cuestionada.

 

Sentencia del TS de 17 de marzo de 2016