Las nuevas normas pretenden mejorar la protección del inversor y la confianza mediante unos mercados financieros más profundos e integrados, a la vez que contribuyen a la creación de la unión del mercado de capitales.

Asimismo, hacen posible un fortalecimiento de la lucha contra los abusos de mercado, prohíben la manipulación de los índices de referencia y refuerzan las competencias sancionadoras y de investigación de los reguladores.